Add parallel Print Page Options

Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor(A), y de no comer ninguna cosa inmunda. Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. Él no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo para Dios(B) desde el seno materno(C). Y él comenzará a salvar a Israel(D) de manos de los filisteos».

La mujer fue y se lo dijo a su marido: «Un hombre de Dios vino a mí(E), y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde venía, ni él me hizo saber su nombre.

Read full chapter